La cachonda rubia alarga el momento y se pone desnuda en el sofa, acariciandose con timidez aunque cada vez se anima mas a meter sus manos en sus zonas mas calientes llegando inevitablemente a su conito. Sus dedos rozan su raja dando friegas sin fin por encima, tumbada en el suelo retorciendose con la alfombra excitándose a tope metiendose los dedos y abriendo bien el agujero.